Primera bofetada de realidad


Saber que tu hijo tiene una enfermedad degenerativa como la de Adrián, con un pronóstico tan duro, antes de que ésta comience a manifestarse es… raro. Es difícil de creer, viéndolo cada día correr, saltar, reír, jugar, aprender cosas nuevas y superarse. Es difícil, harto difícil, imaginárselo y aceptarlo. Desde el diagnóstico, nosotros seguimos adelante

Top