Todos nuestros km para Adri

A las 7 de la mañana suena el despertador en mi casa, toca ponerse en pie, meterse en la ducha e intentar organizar el día, aunque ya sabemos que nunca sale nada como tienes planeado. Desayuno con calma viendo las noticias y acto seguido hay que ponerse al lío. Primero le toca el turno a Candela y después a Carlos, prepararlos para el cole, mochilas, peinarlos, desayuno y nos vamos a toda prisa porque siempre se nos echa el tiempo encima. Sin tiempo a nada más toca irse para el trabajo, y allí hasta las 18:00. Cuando vuelvo a casa son casi las siete de la tarde, unos días actividades extra escolares y otros ir al parque con los enanos, después baños, cena y a la cama. Esto que acabo de contaros es un día normal de mi vida, pero puede ser el ejemplo perfecto de muchísima gente en mi situación. De donde saco tiempo para correr os lo contaré otro día. Con esto quiero daros a entender el poco tiempo que tenemos para descansar, para desconectar y sobre todo para darnos cuenta de lo que está pasando en este mundo que corre sin piedad y no espera por nadie. A veces me entero de noticias dos días después de que hayan pasado. Vivimos a mil por hora y pasamos por alto muchísimas cosas a las que vivimos ajenos.

Hace más de 3 meses me apunté a una carrera en Ferrol, la San Julián, pocos días antes de la carrera a través de las redes sociales leí que se podía comprar una camiseta de apoyo a Adri y que a ver si entre todos hacíamos una marea blanca de corredores. No tenía ni idea de quién era Adri ni de qué iba esa historia, así que me puse a leer la historia de este niño. Reconozco que soy un tipo que se emociona con relativa facilidad, al que no le cuesta en exceso derramar una lágrima y más aún cuando hablamos de niños, pero después de leer la historia de Adri se me encogió el corazón, no podía creerme que estas cosas le pudiesen pasar a un niño de 3 años. Al día siguiente fui a comprar un par de camisetas para unirme el domingo a esa marea blanca. Cuando finalizó la carrera me sentí orgulloso de haber podido colaborar en esta causa, pero de camino a casa ya iba dándole vueltas a la cabeza buscando una manera de ayudar a Adri. A los pocos días a través de las redes sociales decidí lanzar mi reto, un reto que no quería hacer solo, sabiendo que yo y todos los corredores que decidieran unirse a mí no íbamos a conseguir esa cura para Adri, pero si íbamos a aportar nuestro granito de arena.

El reto consiste en donar 50 cts de euro por cada km en todas las carreras. Poco a poco se fueron uniendo corredores, somos ahora mismo quince y como había gente que le encantaba este reto pero que no corrían, decidimos crear la figura de los padrinos, por lo que cualquiera puede apadrinar a un corredor aportando exactamente la misma cantidad. Actualmente entre corredores y padrinos superamos las treinta personas y en los poco más de tres meses que llevamos con este reto, llevamos 980 € recaudados para super Adri. Pero nos gustaría ser más, muchos más, porque cada carrera, cada paso, cada sprint, estamos más cerca de adelantar al hunter y conseguir lo único que verdaderamente tiene importancia, que es una cura para Adri.

 

 

Por: Manuel Redonda Insua

Manu Redonda, 42 años, aficionado a las carreras de montaña, colabora en un blog desde hace un año, apasionado del deporte y la naturaleza. Si os interesa su iniciativa, podéis contactar con él a través de facebook, Twitter (@Manuredonda) o correo electrónico manuelredonda@hotmail.com

 

 


Una cura para Adri
Una cura para Adri

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